Si el Psoe no consume ni berberechos ni cañas, no saben lo que se pierden. A partir de ahora sí que lo saben, la ensaladilla rusa que han pedido les ha venido con salmonelosis y sin una caña para que no les haga bola en la garganta.
Por fin unas elecciones con un claro ganador y dos perdedores de traca. En este caso una ganadora Isabel Diaz Ayuso, indiscutible el apoyo que le han dado los votantes de Madrid, ha sumado más que todos sus rivales juntos. Ha sido tan difícil digerir la victoria para dos de sus rivales que uno de ellos se ha decidido de momento a retirarse a sus cuarteles de invierno -Galapagar- y al otro su partido le va a pedir sin ninguna mano izquierda, que deje su acta y que verdes las han segado.
Esta victoria está teniendo demasiados padres, la derrota, el desprecio más absoluto por parte del partido a los candidatos que presentaron. Gabilondo dejará su acta y Pablo Iglesias su cargo de presidente de Podemos, de momento Pablo Iglesias se dedicará a cobrar los favores prestados y a hacer caja. Gabilondo será arrastrado por el tsunami que recorrerá Ferraz, a él le acompañará algún peso medio de la formación, Franco, por citar al primero que está en los focos.
Con Diaz Ayuso ocurre lo contrario, Casado y García Egea intentarán ser ellos los que intenten rentabilizar la victoria de Diaz Ayuso y gestionarlas como propia. Será un error que más pronto que tarde los votantes populares se lo criticarán. Si en las elecciones catalanas de hace cuatro días mal contados, el perdedor fue el candidato que Casado y García Egea pusieron al frente del partido, a sabiendas que el resultado iba a ser el que fue, derrota sin paliativos, ahora no deberían de apuntarse la victoria que ha conseguido Isabel Diaz, triunfo conseguido a pesar de Casado y de García Egea.
No creo que al endiosado Sánchez este resultado le haga replantearse la posibilidad de un adelanto electoral a nivel nacional. Seguramente se enrocará entre sus vicepresidentas y algún ministro que le allane el camino hasta cuando él lo crea oportuno y, sobre todo, a la espera del maná europeo, que le permita gestionar esos miles de millones a su gusto y conveniencia.
Andalucía, Cataluña, Valencia, Baleares, las purgas internas, son patatas calientes y todo esto adobado con los nacionalistas/separatistas catalanes, como gestionar a partir de ahora el apoyo de Unidas Podemos y de Mas Madrid, con Unidas Podemos lo tiene fácil, han pisado moqueta, pero Errejón ahora sacará pecho y no tendrá el menor empacho en restregarle a Sánchez los resultados de Madrid. Seguirá contando con Bildu y el PNV, hasta que esta formación crea que ya le ha sacado todo lo que ha querido y ahora empezará a pensar en ordeñar las ubres del PP, por si en un posible adelanto electoral cambia el color de las bancadas del Congreso.
El maná europeo será el termómetro con el que tendrá que medir la temperatura de esa amalgama de socios que le pedirán hasta la cera de los oídos.
Editorial
