Septiembre… ¡el fresco!
Brisa húmeda que hidrata
y un sol de consuelo,
que acaricia, no ataca…
mes de playa de plata.
Septiembre de comienzos,
de inicios lleno,
de nostalgia del olor
bendito de libros nuevos.
Matices de mes querido,
que dos mil veinte subleva
con un nudo en las entrañas
y en la mente, telarañas…
Nubes en la cabeza
con su rayo, que no cesa.
Últimos cuartos de un año,
del diario una cruz,
de pérdida, miedo, daño.
De incertidumbre que encoge,
historias que asaltan de noche
y no se van con la luz.
Busco en tus ojos de niño,
de azul y lumbre,
el guiño que me ayude,
a seguir en la carrera.
Aunque sea de esta manera,
con el miedo de compaña,
piedra que molesta y empaña,
pero no ciega ni frena.
No quiero, dos mil veinte,
tu presente de rabia,
si acaso, tomo lo aprendido,
dar el control por perdido,
ser un poquito más sabia.
Septiembre
